La seguridad ciudadana, una de las principales preocupaciones de las autoridades cariocas, estará resguardada especialmente en la zona del "sambódromo" Marqués de Sapucaí, donde se concentrarán miles de turistas nacionales y extranjeros para presenciar los espectaculares desfiles de las escuelas de samba.
En el área del "sambódromo", ubicado cerca al centro de la ciudad, se deplegarán 2.800 hombres de la Policía Militar, 347 de los cuales trabajarán exclusivamente dentro del recinto, donde desde el sábado por la tarde hasta el próximo martes por la noche desfilarán las escuelas.
La vigilancia en el resto de la ciudad será reforzada con 7.250 policías militares, mientras que 2.000 policías civiles apoyarán el trabajo de las delegaciones policiales en esta fiesta popular, que durante cuatro días paraliza cualquier actividad que no esté directamente relacionada con el carnaval o con el turismo.
"Vamos a mostrar que ésta es la fiesta momesca -en referencia al "Rey Momo", máxima "autoridad" del carnaval- más organizada del planeta", manifestó el secretario municipal de Seguridad, Nilton Cerqueira.
Directivos de la Policía Civil de Río de Janeiro indicaron, por su parte, que fueron suspendidas las vacaciones y descansos de todos los agentes y se reforzará la seguridad en cárceles y playas.
Para atender emergencias médicas y sanitarias, la Secretaría Municipal de Salud organizó un plan que asegura la prestación de asistencia especializada en los principales puntos de la ciudad.
Cada hospital tendrá de 20 a 30 médicos de servicio durante las 24 horas y, además, se dispondrá de un equipo de emergencia que se accionará en caso de accidente grave.
La Secretaría de Salud también reforzará la atención en el "sambódromo", donde instalará cinco puestos de emergencia, que funcionarán desde una hora antes de cada desfile, hasta que termine la presentación de la última escuela.
Cada puesto estará atendido por dos médicos, dos enfermeras y dos auxiliares de enfermería.
Dentro del "sambódromo" también serán desplegados técnicos de Fiscalización Sanitaria de la Secretaría de Salud, quienes controlarán la calidad de los alimentos que se venden dentro del escenario.
La magnitud de las fiestas de carnaval obliga a que cada año las autoridades de Río de Janeiro tengan que elaborar planes especiales para evitar problemas con actividades como el transporte público, la recogida de basuras y los servicios bancarios.
La paralización de actividades alcanza, sin embargo, al comercio, en especial a los supermercados y centros comerciales, que sólo abrirán sábado y cerrarán los otros tres días del carnaval.
La archidiócesis de Río de Janeiro también hizo su calendario
especial para estos días y programó retiros espirituales, desde el
sábado hasta el martes, para aquellas personas que, en lugar de
fiesta, prefieran recogimiento y oración.