El
ajo podría beneficiar al corazón BETHESDA,
EEUU (Reuters Health) - Las sustancias químicas producidas cuando se corta o machaca
el ajo parecen proteger contra las infecciones micóticas y bacterianas, el colesterol
alto, la hipertensión, los coágulos sanguíneos e incluso el cáncer.
Pero hay muy poca investigación sólida de cuánto ajo o en qué forma ofrece una
mayor promesa en la lucha contra la enfermedad, comunicaron científicos a funcionarios
de salud de Estados Unidos en Bethesda.
Desde 1900, han habido 173 pruebas clínicas que han examinado las propiedades
de protección cardíaca del ajo, pero ninguna ha ofrecido una conclusión clara,
dijo Larry Lawson, del Instituto de Investigación de Plantas Bioactivas en Orem,
Utah. La evidencia
es confusa porque las pruebas no han sido consecuentes en examinar preparaciones
similares de ajo y en dosis similares y no se han enfocado en las sustancias químicas
claves que se piensa otorgan al ajo su potencia, explicó Lawson.
El investigador y otros científicos se reunieron para discutir las últimas investigaciones
sobre el ajo, el gincgo biloba y otras hierbas usadas ampliamente por las personas
en Estados Unidos para combatir la cardiopatía.
El ajo encabeza la lista. Se calcula que las personas en Estados Unidos gastaron
61,2 millones de dólares en 2001 en polvo de ajo, aceite y preparaciones de base
de alcohol, dijo Eric Block, profesor de la Universidad Estatal de Nueva York,
en Albany, que ha hecho de la química del ajo el trabajo de su vida.
Block dijo que la descomposición química del ajo es muy compleja y que no es fácil
de reproducir, lo que le hace sospechar que muchos de los productos comerciales
de ajo son prácticamente ineficaces. "Las
personas están arrojando su dinero a la basura al comprar cosas que no están producidas
de la forma adecuada", dijo.
La alicina, la sustancia química que se cree otorga al ajo sus efectos más potentes,
es sólo estable, por lo general, en agua, dijo Block, añadiendo que la mayoría
de los complementos a la venta no tienen una base acuosa. Pero, añadió, algunos
derivados de la alicina poseen también efectos positivos que pueden ser empaquetados.
El científico hizo un llamamiento al gobierno y a colegas investigadores para
poner en cuestión de forma más enérgica el valor de los complementos de ajo que
se encuentran en la actualidad en el mercado.
Lawson indicó que el ajo tiene su efecto más potente cuando se come crudo, otro
reto a los complementos y a aquellos que piensan que pueden conseguir sus efectos
salutíferos por medio de varias raciones de salsa de tomate con ajo y de salchichas.
"Cocinarlo, definitivamente,
disminuye la formación de alicina", dijo Lawson, pero añadió que el calor podría
no afectar otras sustancias beneficiosas del ajo.
En sus propios estudios, Lawson había hallado inmensas variaciones en la cantidad
de alicina disponible en los complementos comerciales y en lo rápidamente que
se disolvía. En pruebas realizadas en 30 complementos en el mercado, algunas píldoras
de polvo de ajo se descompusieron incluso a la media hora después de la ingesta,
lo que sugirió que el ácido gástrico había digerido y desactivado inmediatamente
la sustancia química beneficiosa, dijo Lawson. Algunas píldoras tardaron días
en disolverse, lo que significaba que quizás no se absorberían nunca.
El ajo puede ser peligroso, dicen algunos científicos. Puede causar úlceras gástricas,
y, si se toma en combinación con anticoagulantes, puede originar hemorragias profusas.
También se ha demostrado que los complementos de ajo disminuyen la concentración
del medicamento contra el VIH saquinavir, indicó Block.
Aún así, los científicos, indicando el potencial del ajo y de otras hierbas para
combatir la enfermedad, instan al gobierno a apoyar investigaciones futuras.
La reunión fue convocada por varias organizaciones de los Institutos Nacionales
de Salud (NIH), como el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre (NHLBI),
la Oficina de Complementos Dietéticos y el Centro Nacional para la Medicina Complementaria
y Alternativa.
La reunión se organizó para ayudar a identificar las lagunas en el conocimiento
acerca de las hierbas y la investigación sobre las enfermedades cardiovasculares,
a fin de que el NIH pueda establecer su agenda de investigación, dijo Michael
Lin, coordinador de la reunión y científico del NHLBI.
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