La gente trataba de confirmar la noticia con el deseo profundo de que fuera desmentida. Y es que no lo podiamos creer, habiéndolo visto salir hacia Argentina dos días antes, tan lleno de vida y de celo evangelizador.

¡Llegó el día de la Pascua del Padre Tardif! Dios se lo llevó consigo. Tras la tristeza se unió el gozo de la fe en la Resurección : "Si vivimos con El y morimos con El, con El viviremos" (Romanos 6,8).

Hombre sencillo, de fácil acceso, con corazón de niño, lleno de bondad, capaz de estar siempre al servicio a toda hora y a pesar de su cansancio.
La Renovación Carismática tuvo en él uno de sus principales promotores y exponentes a nivel mundial, desde que el Señor lo sanó en el año 1973. Por todas partes fue animando a todos a vivir la experiencia del Pentecostés personal a través del santisimo en el Espíritu.
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que millones de personas escucharon sus palabras y asistieron a las misas de sanación que celebró en las 72 países que visitó.

La fundación de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo y las Escuelas de Evangelización son una bella herencia de su celo apostólico y su deseo de responder al mandato el Señor de ir a evangelizar hasta los confines de la tierra.

Hoy, los que tanto le hemos amado, lloramos el diálogo interrumpido con nuestro querido Emiliano, pero nos gozamos en saber que contamos en el cielo con sus oraciones que, seguramente, sigue haciendo por nosotros al amado Jesús.

María Sangiovanni
Publicado de ALABANZA Revista de la Renovación Carismática Católica