Médicos
consideran alentar exposición solar para tener vitamina D
Pero a diferencia de las modas
que afloran para luego esfumarse, esta vez la evidencia es fuerte y se afianza
cada vez más. De
confirmarse, podría desafiar una de las suposiciones básicas de la medicina: que
la gente necesita aplicarse una buena cantidad de protector solar cada vez que
se expone al sol. Pero hacerlo podría contribuir más a causar muertes por cáncer
que prevenirlas, creen algunos investigadores. El
motivo es la vitamina D, llamada "vitamina del sol" porque la piel la produce
al estar expuesta a los rayos ultravioleta. Como los filtros solares bloquean
la producción de la vitamina D, algunos científicos están poniendo en duda el
consejo de usarlos siempre, como lo recomiendan los médicos a sus pacientes. La
razón es que la vitamina D parece cada vez más importante para prevenir e incluso
tratar numerosos tipos de cáncer. Sólo en los últimos tres meses, cuatro estudios
distintos descubrieron que ayudaba a proteger de los linfomas y el cáncer de próstata,
pulmones e, irónicamente, también de la piel. La
evidencia más sólida es para el cáncer de colon. Muchas
personas no están produciendo suficiente vitamina D y es difícil obtenerla de
alimentos y leche fortificada; y los suplementos nutricionales suelen ser problemáticos. En
consecuencia la conclusión es la siguiente: aunque demasiado sol puede provocar
cáncer de piel _que rara vez es mortífero_ exponerse muy poco al sol podría ser
peor. Nadie sugiere
que la gente vaya a calcinarse a la playa, pero muchos científicos consideran
que es saludable exponerse al sol unos 15 minutos algunas veces por semana, sin
filtro solar. Uno
de ellos es el doctor Edward Giovannucci, profesor de medicina y nutrición de
la Universidad de Harvard que expuso su caso en un encuentro reciente de importantes
investigadores de cáncer. Su
estudio sugiere que la vitamina D puede ayudar a prevenir 30 muertes por cada
una que causa el cáncer de piel. "Desafío
a cualquiera a encontrar un área o nutriente o cualquier factor que tenga los
beneficios consistentes contra el cáncer que tiene la vitamina D", expresó Giovannucci
a científicos especializados en cáncer. "La información es verdaderamente extraordinaria". La
conversación impresionó tanto al jefe de epidemiología de la Sociedad Oncológica
Estadounidense, Michael Thun, que la organización está revisando sus lineamientos
sobre la protección solar. "Existe
ahora evidencia fascinante de que la vitamina D podría desempeñar un papel en
la prevención y en el tratamiento de algunos tipos de cáncer", manifestó Thun. Incluso
algunos dermatólogos parecen estar observando atentamente estos descubrimientos. "Encontré
que la evidencia es cada vez mayor y más convincente", expresó el doctor Allan
Halpern, jefe de dermatología del Centro Oncológico Memorial Sloan-Kettering de
Nueva York, asesor de varios grupos de cáncer. El
dilema, dijo, es la falta de consenso sobre cuánta vitamina D se necesita o la
mejor forma de obtenerla. Incluso
si se recomendara la exposición al sol, la cantidad de tiempo dependerá de la
temporada, la hora del día, dónde vive la persona, el color de la piel y otros
factores. Thun
y otros científicos temen que se abuse del sol. "La
gente tiende a apoyarse aun en una leve insinuación para exponerse más al sol",
indicó Thun, y agregó que preferiría que se ingiriese más alimentos o píldoras
que contengan el nutriente. Sin
embargo esto es difícil. La vitamina D se presenta naturalmente en el salmón,
el atún y otros pescados aceitosos, y se agrega regularmente a la leche, pero
la dieta aporta un porcentaje muy reducido de la vitamina D que circula en la
sangre, dijo Giovannucci. La
mayoría de los suplementos nutritivos utilizan una vieja forma _ D-2_ mucho menos
potente que la D-3, que es la buscada. Los
multivitamínicos generalmente contienen una pequeña cantidad de D-2 e incluyen
la vitamina A, que contrarresta muchos de los beneficios de la D. En
consecuencia, las píldoras no incrementan demasiado los niveles de vitamina D. Los
asesores del gobierno no se ponen de acuerdo sobre la cantidad diaria de vitamina
D recomendada. En cambio, sostienen que un "consumo adecuado" equivale a unas
200 unidades internacionales diarias para personas de hasta 50 años, 400 UI para
las de entre 50 y 70 años, y 600 unidades para las personas de más de 70. Muchos
científicos piensan que los adultos necesitan unas 1.000 unidades internacionales
por día. La investigación de Giovannucci sugiere que se necesitarían unas 1.500
UI para frenar el cáncer de manera significativa. Aún
se estudia cómo lograría esto la vitamina D, pero existen muchísimas razones para
pensar que puede hacerlo: _
Varios estudios de grupos numerosos de personas descubrieron que quienes tenían
niveles más elevados de vitamina D también tenían menores índices de cáncer. Sin
embargo, estos estudios no son el mejor parámetro de la investigación médica:
una comparación a lo largo de muchos años de un grupo de personas que recibe la
vitamina con un grupo que no la recibe. _
Estudios de laboratorio y de animales muestran que la vitamina D reprime el crecimiento
de células anormales, ayuda a que las células mueran cuando deben hacerlo, y frena
la formación de vasos sanguíneos que alimentan tumores. _
El cáncer es más común en los ancianos, y la piel produce menos vitamina D con
el pasar de los años. _
Las personas negras tienen tasas más elevadas de cáncer que las blancas y más
pigmentos en su piel, lo que les impide producir mucha vitamina D. _
La vitamina D queda atrapada en las grasas, por eso las personas obesas tienen
niveles de vitamina D más bajos en la sangre. Tienen también índices de cáncer
más elevados. _
Las personas de las regiones del norte del planeta como el nordeste de Estados
Unidos y Escandinavia tienen mayores tasas de cáncer que las que viven en lugares
donde hay sol todo el año. Ingerir
demasiada vitamina por medio de píldoras podría ayudar a elevar el calcio del
cuerpo a niveles peligrosos. El gobierno sostiene que las 2.000 unidades internacionales
diarias constituyen el límite máximo diario. Por
otra parte, es casi imposible una sobredosis cuando la vitamina D llega al cuerpo
a través del sol. De todas maneras, es posible que se genere un cáncer de piel. Hace
30 años, el doctor Michael Holick ayudó a hacer un descubrimiento histórico de
cómo funciona la vitamina D. Hasta
el año pasado, Holick era jefe de endocrinología, nutrición y diabetes y profesor
de dermatología de la Universidad de Boston. Luego publicó un libro, "The UV Advantage"
(La ventaja de los rayos ultravioleta), instando a la gente a exponerse suficientemente
al sol para producir vitamina D. El
cáncer de piel es en muy pocas oportunidades fatal, señala. De las 570.280 personas
que morirán de cáncer en Estados Unidos este año, sólo 7.700 habrán padecido melanoma,
la forma más mortífera de cáncer de piel. Las
quemaduras de sol reiteradas _especialmente durante la niñez y entre la personas
de piel muy sensible_ han sido relacionadas con el melanoma, pero no existe evidencia
verosímil que una exposición moderada al sol pueda causarlo, sostiene Holick. "El
problema ha sido que la Academia Estadounidense de Dermatología no ha cambiado
de posición durante 20 años", indicó. "Le han lavado la cabeza a la gente en todos
los niveles". La
titular del departamento de Holick, la doctora Barbara Gilchrest, dijo que su
libro era una vergüenza y lo desplazó de la cátedra de dermatología, aunque él
mantiene sus otras posiciones. A
comienzos de mayo, la academia de dermatología lanzó una campaña "No busque el
sol" y dijo que cualquier consejo de tomar sol es "irresponsable". Citó al doctor
Vincent DeLeo, dermatólogo de la Universidad de Columbia, según el cual "bajo
ninguna circunstancia debe ser nadie inducido a pensar de manera engañosa que
la luz natural del sol o las máquinas bronceadoras sean mejores fuentes de vitamina
D que los alimentos y suplementos nutricionales". Pero
esa opinión ya no es unánime, ni siquiera entre los dermatólogos. "No
pienso que siga siendo correcta la posición de 'no es bueno exponerse al sol'",
expresó el doctor Henry Lim, jefe de dermatología en el Sistema de Salud Henry
Ford de Detroit, y vicepresidente académico.
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