Los piadosos habitantes de Mompox desempolvaron las elaboradas joyas que tienen siglos de antigüedad para adornar nuevamente este año a los santos que desfilaran por sus calles bajo el ritmo de marchas lúgubres en procesión de jueves y Viernes Santo, que recuerdan la muerte de Cristo.

Algunos han visto en Mompox ciertos rasgos de ``Macondo'', el pueblo mágico que creó el premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez, o el escenario de su novela ``Amor en los tiempos del cólera'', en donde Fermina Daza y Florentino Ariza recorren el río sin desembarcar nunca para vivir su amor.

Los nazarenos, como se le conoce a los hombres que cargan por la calles los ``pasos'', figuras que representan a la Virgen y el Santo Sepulcro, preparan su particular vestimenta y visitan las siete iglesias coloniales por donde avanzaran en grupos de tres y en cuyo trayecto caen tres veces de rodillas exclamando al unísono: ''¡Jesús, Jesús, Jesús!''.

Cumpliendo una promesa de su madre, cuando de niño se cayó y quedó mudo por varios días, Hernán Muñoz fue por 28 años ``nazareno''. ``Aunque ya cumplí mi manda (penitencia), sigo ayudando a los que vienen detrás'', dijo Muñoz un curtido hombre de 63 años.

Las actividades religiosas están presentes en cada esquina de este puerto, uno de las más importantes del período colonial, que entró en el olvido cuando el río Magdalena --el eje fluvial del país--, cambió de curso dejando a este poblado fundado en 1540, de magnifica arquitectura colonial y famoso por el trabajo en oro de sus artesanos, suspendido en el tiempo.

El miércoles en el cementerio del pueblo se tocaron marchas fúnebres en honor de los muertos, con la asistencia de cientos de personas que recordaron a los suyos. También les prendieron velas y llevaron flores en su honor, en una singular tradición local.

A la espera del inicio de la procesión donde todo el pueblo y sus visitantes --muchos de ellos momposinos que viven en otros lugares-- pedirán la expiación de los pecados, algunos habitantes aprovechan para conversar frente a los pórticos en mecedoras al ritmo perezoso del calor.

La procesión se inicia casi entrada la noche por el intenso calor tropical de la ``depresión momposina'' y se demora cerca de 10 horas, en la que los nazarenos mecen sobre sus hombros de lado a lado y hacia atrás y hacia adelante las imágenes sagradas.

En la iglesia de Santo Domingo se hacen los últimos preparativos para la salida de las imágenes.

Jorge Barbas, de 15 años, cuya madre cuida la iglesia, dijo que ``hasta los últimos detalles estaban listos. Maquillamos la virgen con cosméticos de verdad. La cuidamos y queremos sin idolatría, pero con respeto y devoción'' añadió.

Esta celebración religiosa combina el ``ritualismo ortodoxo de tiempos coloniales con el carácter desenfadado del litoral caribe colombiano'', explica Ernesto Jaramillo, miembro de la Academia de Historia de Santa Cruz de Mompox, el nombre completo de ese poblado a 510 kilómetros al norte de Bogotá.

Junto a las de Popayán, también ciudad colonial, pero en el sur del país, estas son las dos celebraciones de Semana Santa más tradicionales de Colombia.

A pesar su ambiente pacífico y jovial, muchos se han abstenido de viajar a este puerto fluvial declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, por la situación de violencia del país que vive el escalamiento de un conflicto interno que dura ya 37 años.

Para saber más: http://www.mompox.f2s.com/espagnol/semana_santa.htm
Todo sobre la Semana Santa: http://www2.telepolis.com/monografico/mono096/default.htm