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Peruanos arrojan a Fujimori al ``muro de la verguenza''

 

LIMA (Reuters) - Alberto Fujimori quedó tachado de inmoral y los peruanos lo arrojaron al ``muro de la vergüenza'', en rechazo a su renuncia a la presidencia desde Japón en un bochornoso epílogo de una década en el poder.

La humillación cayó sobre Fujimori la noche del martes, cuando el Congreso, liderado por el opositor Valentín Paniagua, declaró la vacancia de la presidencia por ``incapacidad moral'' del ex mandatario de 62 años en una moción aprobada por primera vez en la historia de este país.

``Es una inmoralidad que se vaya a Tokio y que desde allá envie una cartita renunciando, tratando de extender una capa de humillación y vergüenza sobre los peruanos'', dijo durante el debate el legislador de oposición Luis Iberico.

Incluso para los ``fujimoristas'', quienes veían al ex gobernante como el mesías que con mano dura libró al país de los rebeldes izquierdistas y de la hiperinflación, fue un impacto su súbito retiro a la tierra de sus padres, y el envío desde allí de su dimisión.

``Estoy muy decepcionada. Siempre me impresionó su valentía, pero justo ahora cuando más lo necesitábamos se fue y abandonó el barco'', dijo Isabel Rosas, una secretaria que antes se jactaba de tener como presidente a Fujimori.

La desgracia de Fujimori llegó de la mano de su ahora prófugo ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos, quien inmerso en un presunto caso de corrupción hundió desde septiembre a Perú en la peor crisis política de la década.

Ello forzó a Fujimori a recortar su tercer mandato consecutivo de cinco a un año, hasta julio, y a llamar a elecciones para abril del 2001.

Hace solo medio año Fujimori aspiraba a convertirse en el mandatario electo con más tiempo en el poder en Latinoamérica, tras culminar su tercer quinquenio sucesivo.

Pero ese triunfo en mayo, enlodado por acusaciones de fraude, fue tildado por analistas como uno de los comicios más sucios.

``Ha caído como deben caer los dictadores'', dijo a periodistas la legisladora opositora Gloria Helfer.

Si bien Fujimori es censurado por la opinión pública peruana, el ex gobernante no enfrenta acusación formal alguna en los tribunales.

EXITOS Y ERRORES

Al escribir el domingo su carta de renuncia parapetado en un lujoso hotel de Tokio, Fujimori se asestó un harakiri (forma de suicidio japonés) político y de un plumazo echó por tierra los éxitos que logró tras asumir el poder por primera vez en 1990.

En su primer quinquenio se logró capturar al mayor cabecilla rebelde, prófugo 12 años, y se redujo la inflación a un dígito. Y en su segundo período puso fin a problemas limítrofes con Ecuador y Chile.

``No es justo que no se le valore muchas obras y sólo se tomen en cuenta sus errores. Seguiremos adelante por un hombre que dio su vida por el país'', dijo la legisladora Luz Salgado.

Según analistas, el error de Fujimori fue unirse a Montesinos usando métodos de gobierno que se alejaban cada vez más del orden democrático: con un autogolpe (1992), un Tribunal Constitucional decapitado en 1997 por oponerse a su segunda reelección y denunciadas violaciones a los derechos humanos.

``No soy hombre que renuncia, ni da marcha atrás. En las crisis aquí estoy para dar la cara'', dijo Fujimori hace poco.

Los peruanos ahora se preparan para tener a un nuevo mandatario que los gobierne hasta el 28 de julio del 2001, cuando asumirá el presidente que resulte electo en abril.

El mandatario en el período de transición será Paniagua, el hasta ahora opositor presidente del Congreso cuya llegada al cargo la semana pasada precipitó la desgracia de Fujimori, luego que de la renuncia de los dos vicepresidentes.

``El autócrata es así, cuando tiene el poder es déspota y envalentonado, pero cuando se le acaba el mando se acobarda'', dijo a Reuters el politólogo César Arias.

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