RIO DE
JANEIRO (Reuters) - A 16 años de la irrupción de Brasil en el escenario
mundial del rock con su propia versión de Woodstock, los promotores
están preparando la tercera edición de Rock in Río con la meta de convertirlo
en el festival musical más grande de la historia.
``Rock in Río para un Mundo Mejor'' comenzará el viernes en Río de
Janeiro con siete días de espectáculos y artistas tan variados como
Red Hot Chile Peppers, R.E.M y Britney Spears.
Los promotores contrataron 159 bandas, incluso 38 de primer nivel
nacional e internacional, para atraer 1,5 millones de espectadores
de Brasil y el exterior.
``Queremos que sea una fiesta internacional, un lugar donde la gente
pueda escuchar música, pero también sensibilizarse al hecho de que
podemos mejorar el mundo'', dijo Roberto Medina, empresario y fundador
del festival.
Los críticos advirtieron que la mezcla de estilos podría desalentar
al público, pero los promotores argumentan que han organizado las
funciones de manera que cada día tenga un tema diferente, para evitar
que los metaleros coincidan en el escenario con Spears.
El primero Rock in Río, en enero de 1985, estableció la marca mundial
como el mayor festival musical pagado, con 1,38 millones de asistentes.
Woodstock atrajo 450.000 personas en 1969, y una gran parte ingresó
sin pagar.
Ahora, por 18 dólares, el público podrá asistir a un día de espectáculos
en la ``Ciudad del Rock'', construida para el evento en un suburbio
de Río. O por 126 dólares, podrán asistir a los siete días, del 12
al 14 y del 18 al 21 de enero.
``Rock in Río tiene la más impresionante reunión de talento que en
cualquier parte del mundo este año'', dijo por su parte Gary Bongiovanni,
editor en jefe de Pollstar, una publicación dedicada al mundo de los
conciertos.
CUNA DE ROCK BRASILEñO
Pese a ser más conocido por el bossa nova y la samba, Brasil también
tiene un activa escena roquera, y Rock en Río es donde todo comenzó.
El evento de 1985 ocurrió en momentos en que el país salía de dos
décadas de dictadura, que dejó a Brasil fuera del itinerario de las
bandas internacionales. El festival puso de relieve el potencial comercial
de Brasil y ayudó a numerosas bandas a lanzar su carrera.
``Fue nuestro primer contacto con el rock a escala masiva'', dijo
Medina. ``El país estaba volviendo a la democracia, era una realidad
similar a la que condujo a Woodstock''.
Quienes asistieron al encuentro dijeron que no fue un evento político,
pero que el rock, las drogas y mucho barro provocado por las lluvias,
hicieron que Rock in Río le hiciera honor a su campaña promocional
de ``Woodstock Brasileño''.
``Fue un evento pionero para el rock brasileño'', manifestó por su
parte Marcelo Camera, un músico que tenía 19 años en ese momento.
``Fue muy comercial, pero al final, con tanto barro, se convirtió
en una especie de Woodstock''.
Queen, Rod Stewart, James Taylor y Iron Maiden estaban entre las
atracciones extranjeras, y los dos últimos estarán de vuelta para
la tercera edición.
El segundo festival, celebrado en el Estadio Maracaná, atrajo bastante
menos gente, 700.000 personas para un elenco artístico encabezado
por Prince, Santana y Guns N' Roses.
Rock in Río 3 abarcará muchos más géneros musicales, desde rock,
metal pesado y pop, hasta música electrónica y sertaneja brasileña.
Irónicamente, los artistas más populares no son los grupos tradicionales
de rock, sino las sensaciones juveniles Britney Spears y 'N Sync.
MANTENER LA CALMA
Medina espera que la mitad de los asistentes provengan de Río, 40
por ciento de otras ciudades brasileñas y 10 por ciento de países
vecinos, como Argentina y Uruguay.
Como el festival se celebrará en medio del intenso calor veraniego,
los organizadores dijeron que mantener los ánimos en calma será una
prioridad.
Ellos esperan que el énfasis de Rock in Río de ``hacer del mundo
un lugar mejor'' inspirará a los aficionados. Cinco por ciento de
las ganancias serán donadas a Viva Río, una organización antiviolencia,
y a programas apoyados por la ONU.
Sin embargo, el festival no ha estado libre de conflictos. Seis de
las principales bandas de rock locales desistieron de participar en
el evento en protesta por lo que consideraron trato desigual.
Los promotores pagarán a las bandas locales 10.300 dólares, por abajo
de las sumas mayores, no reveladas, para bandas extranjeras. Y muchos
músicos se quejaron de que tocarían durante el día antes que los extranjeros,
pese a que venden más discos en Brasil que los artistas foráneos.
Brasil es uno de los pocos países donde las grabaciones de artistas
locales venden más que las de los estadounidenses.
``Ellos no reconocen que este es un evento internacional con 1.000
millones de telespectadores'', indicó Medina.
Decenas de otras bandas brasileñas actuarán en Rock in Río, incluso
Sting, Beck, Oasis, Neil Young y el renovado Guns N' Roses.
Sitio web: www.rockinrio.americaonline.com.br