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Un
año después, aún se siente el impacto de Elián |
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LA HABANA (Reuters) - ¿Se acuerdan de Elián González? Puede que aquel
fotogénico niño cubano de seis años esté fuera de la vista del público
y que las memorias de la batalla por su custodia se estén borrando ya.
Pero un año después de su desafortunado viaje a la Florida que dio
comienzo al drama, la historia de Elián todavía sigue presente en las
relaciones entre Cuba y Estados Unidos y el niño ha sido inmortalizado
en el panteón revolucionario cubano.
``La batalla por el regreso del niño Elián González demostró qué es
el socialismo, qué es la solidaridad. Elián era un niño, pero era el
hijo de cualquiera de nosotros, por Elián había que luchar'', dijo recientemente
el vicepresidente Carlos Lage.
Elián dejó Cuba hace ahora un año, cuando tenía cinco años, a bordo
de una embarcación en compañía de su madre y otros 10 inmigrantes ilegales
hacia Estados Unidos.
El resto es historia, propia de un drama televisivo.
Cuando su embarcación naufragó en aguas tormentosas, la madre de Elián
y la mayoría de los otros pasajeros se ahogaron, dejando al pequeño,
deshidratado y exhausto, aferrado a un neumático durante dos días en
unas aguas infestadas de tiburones.
En el día de Acción de Gracias de Estados Unidos, el 25 de noviembre
el año pasado, dos pescadores norteamericanos recogieron al pequeño
del mar y lo llevaron a tierra, donde fue recogido por unos parientes.
Su rescate fue el comienzo de una amarga lucha familiar entre su padre
cubano, que exigía su retorno inmediato, y familiares de Miami, que
sostenían que el pequeño no debía ser devuelto a un país de régimen
comunista, después de que su madre dio la vida llevándolo a la ``libertad''.
Y los políticos de ambos lados del Estrecho de La Florida entraron
también en la disputa. Los grupos cubanoamericanos anticomunistas convirtieron
el caso de Elián en su principal causa y lucharon con uñas y dientes
en los tribunales estadounidenses para que el niño se quedara en la
Florida.
Mientras tanto, el presidente cubano, Fidel Castro, lanzaba una campaña
patriótica sin precedente que bajo el lema de ''Liberen a Elián'' movilizó
a millones de personas.
Finalmente, el padre de Elián triunfó en los tribunales estadounidenses
y el pequeño pudo regresar a la isla el 28 de junio, desapareciendo
enseguida en la vida local de su ciudad natal de Cárdenas.
Allí, la escuela y la casa de Elián estaban esta semana bien protegidas
por la policía para evitar miradas indiscretas. Sus familiares prefirieron
no conceder entrevistas y el pequeño, que regresó a la escuela en septiembre,
estaba fuera de la vista.
Sin embargo, el gobierno cubano se muestra encantado de ofrecer comentarios
sobre lo que Castro ha llamado una victoria tan importante como la derrota
en 1961 de la invasión de Bahía de Cochinos, llevada a cabo por cubanoamericanos
respaldados por la CIA.
``Para el pueblo de Estados Unidos, fue la oportunidad de conocer la
verdad sobre Cuba'', dijo el canciller cubano, Felipe Pérez Roque.
Y dentro de Cuba, ``ha significado un impulso a las ideas de la Revolución,
ha dado una oportunidad a los jóvenes cubanos que no vivieron antes
otros momentos de la Revolución llegar a conocer su real vocación por
tener un país libre e independiente'', añadió.
Los cubanoamericanos que trataron de retener a Elián en Miami, y no
pocos disidentes cubanos en la isla, no están de acuerdo con esta interpretación
y señalan que Castro se obsesionó con el tema explotándolo al máximo
para obtener beneficio político.
En el exterior, Castro logró debilitar la influencia de los cubanoamericanos
en Estados Unidos y en Cuba logró unir a su pueblo en una causa que
la mayoría consideraba justa.
``Una cosa era defender el derecho del padre a reunirse con su hijo
y otra convertir ese asunto, como lo hicieron, en una campaña de apoyo
y reafirmación del régimen político que rige en Cuba'', escribió el
líder del Movimiento Cristiano de Liberación, Oswaldo Payá, en un comunicado
enviado a la prensa extranjera.
En las calles cubanas, pocos pueden olvidar a Elián, que se convirtió
durante siete meses en prácticamente el único tema tratado en los medios
de comunicación.
``La gente salió a las calles a defender la Revolución'', dijo Ahmed
Martínez, un habanero de 31 años. Muchos cubanos comparten esta opinión,
pero también algunos se quejaban en privado por el exceso de marchas
y concentraciones.
Desde su regreso, el gobierno se ha mantenido fiel a su promesa de
mantener apartado al pequeño de la publicidad, lo que ha despertado
sospechas en la Florida de que está siendo sometido a un proceso de
adoctrinamiento comunista.
Sobre su futuro, el gobierno cubano dice que Elián tendrá una vida
normal, pero muchos dudan que esto sea posible, ya que su nombre se
ha convertido en símbolo de un turbulento episodio en las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos.
Aunque las autoridades han hecho esfuerzos por limpiar el país de los
miles de afiches de ``Liberen a Elián'' que invadieron la isla, todavía
muchos cubanos llevan puesta la camiseta con la cara del pequeño.
Cuba ha tratado de mantener intacta la estructura de movilización,
pero los nuevos temas como la lucha contra la política migratoria estadounidense
no han tenido el mismo impacto internacional que el dramático caso de
Elián. REUTERS AC IGZ MDS/ |
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