Biodiversidad:
Mesoamérica cuida corredor biológico sin detener desarrollo
humano
SAN
SALVADOR (AFP) - El Corredor Biológico Mesoamericano, que reúne el 12% de la biodiversidad
amenazada del planeta en solo 2% de área continental, es uno de los programas
más emblemáticos del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) para preservar
la flora y la fauna sin restringir el desarrollo humano.
Con
más de 200 ecosistemas terrestres y más de 300 formas de paisaje en 33 ecorregiones
naturales, el Corredor abarca los Estados del sureste mexicano de Campeche, Chiapas,
Quintana Roo, Yucatán y Tabasco y pasa por los siete países centroamericanos hasta
concluir en el Darién (frontera Panamá-Colombia).
"La
idea del Corredor Biológico es de un gran sistema que conecte el desarrollo sostenible
desde México hasta Panamá", declaró a la AFP el director de la Comisión Centroamericana
de Ambiente y Desarrollo (CCAD), Roberto Rodríguez.
La
sobrepoblación y los "altos" niveles de pobreza en que vive gran parte de los
habitantes de Mesoamérica, según un estudio del CCAD, ha dado lugar a la "sobreexplotación
insostenible" de los recursos naturales, la contaminación de las aguas, la erosión
del suelo, la sedimentación y la deforestación.
De
las 33 ecorregiones del Corredor Biológico, 11 se encuentran en estado crítico
y 11 amenazadas con desaparecer.
Entre
las ecorregiones por desaparecer se encuentran las selvas húmedas, bosques altos,
bosques secos, pinares, sabanas y páramos (terrenos elevados y sin vegetación).
Por
esa razón, Mesoamérica es considerada como uno de los sitios "críticos" de biodiversidad
en el mundo, consigna el estudio del CCAD.
Ante
la realidad de las poblaciones que viven en el corredor, las autoridades pasaron
de un enfoque "conservacionista" a otro llamado "ecomanejo" o manejo compartido
de las áreas protegidas.
Las
autoridades comunitarias en forma conjunta con gobiernos y ONG en los ecosistemas
"amenazados" impulsan alternativas de tipo económico "amigables con el medio ambiente"
como el ecoturismo, elaboración de productos con sello orgánico y otros programas
que involucran a la población que vive en condiciones de pobreza.
"No
alcanzaríamos a hacer un ejército de guardaparques en cada localidad que colinda
con estas áreas, por eso es mejor involucrar a la población", sostiene Rodríguez.
Para
conciliar el desarrollo con la protección y la conectividad de ecosistemas claves,
se impulsan los corredores del cacao, café y mangle. Este último es la zona de
manglares más extensa de la costa del Océano Pacífico.
Los
ecosistemas naturales del Corredor Biológico incluyen arrecifes coralinos, que
se constituyen en la segunda barrera coralífera más importante del mundo, cuya
longitud alcanza los 1.600 km a lo largo de las costas de México, Belice, Guatemala
y Honduras.
Se
incluyen además bosques húmedos tropicales bajos hasta sabanas de pino, tierras
leñosas semiáridas, praderas y bosques montañosos.
El
corredor biológico posee más de 20.000 especies de flora, siendo Costa Rica el
país con mayor número de especies.
Un
recuento de la fauna vertebrada determinó que en toda Mesoamérica existen 5.537
especies de aves, 1.882 de mamíferos, 1.982 de reptiles y 988 anfibios.
En
un intento de detener el deterioro, Centroamérica ha creado 557 áreas protegidas,
que representan una superficie de casi el 23% del territorio.
Lo
que autoridades e instituciones comunitarias buscan es dejar una mejor herencia
para que las futuras generaciones tengan bosques, vean los animales y escuchen
el canto de las aves, resume Rodríguez.