BUENOS AIRES, 21 de Junio de 2001.- Greenpeace elogió la decisión
adoptada anoche por la Cámara de Diputados de la Nación de ratificar
el Protocolo de Kioto, un acuerdo internacional cuyo objetivo es reducir
las emisiones a la atmósfera de gases que provocan al calentamiento
global.
La aprobación en Diputados fue el último paso para que el Congreso
Nacional apruebe la ratificación del Protocolo de Kioto. "Así, Argentina
le otorga su apoyo formal a la supervivencia de ese acuerdo, hoy jaqueado
por la negativa de Estados Unidos a ratificarlo", explicó Juan Carlos
Villalonga, coordinador de la Campaña de Energía de Greenpeace.
Este documento fue acordado en 1997 como un nuevo componente de
la Convención de Cambio Climático y no ha entrado aún en vigencia.
Para que ello ocurra es necesario que sea ratificado por al menos
55 países miembros de la Convención y que entre ellos sumen como mínimo
un 55% del total de las emisiones de dióxido de carbono de los países
industrializados (1).
El Protocolo de Kioto es el único acuerdo internacional que existe
para disminuir las emisiones de gases que están provocando el calentamiento
global. Su meta es lograr para el período 2008-2012 una disminución
de un 5,2% de las emisiones de los países industrializados respecto
de los niveles de 1990.
El cambio climático tendrá enormes impactos en todo el planeta.
Argentina, como país en desarrollo, está entre los más vulnerables
al cambio climático y ya se perciben sus consecuencias.
La alteración en el régimen de lluvias es una de las consecuencias
esperadas del calentamiento global, pero además se esperan mayores
impactos por eventos meteorológicos extremos (inundaciones, sequías,
tormentas, etc.), la expansión de enfermedades tropicales por una
mayor incidencia geográfica de distintos transmisores, como es el
caso del dengue, chagas, etc. En la Argentina, diversas áreas de cultivos
perderán su capacidad productiva debido al cambio climático.
A partir de asumir la Presidencia de los Estados Unidos, George
W. Bush, ese país ha radicalizado su oposición al acuerdo y ha anunciado
su decisión de abandonar las negociaciones en torno al Protocolo de
Kioto y no ratificarlo.
Estados Unidos es el principal emisor de gases de efecto invernadero
con cerca del 25% del total mundial de emisiones y sus emisiones per
cápita es de 20,5 toneladas anuales, la mayor del planeta. Ese país
ha sido el principal opositor a la puesta en marcha del Protocolo
y ahora procura destruirlo.
Según un reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático (IPCC), se puede ver que el costo económico para cumplir
con las reducciones previstas en el Protocolo de Kioto en los países
industrializados oscila entre un 0,2 y un 2% de su PBI para el 2010
(2).
El máximo valor económico que se señala para Estados Unidos para
cumplir con el Protocolo es de 1,96% de su PBI. "La oposición de Estados
Unidos es injustificable por razones ambientales y económicas y por
lo tanto no debe ser acompañada. Se trata de la defensa de intereses
sectoriales vinculados a las compañías petroleras y del carbón en
ese país", aseguró la organización.
Para Greenpeace, la ratificación del Protocolo de Kioto por parte
de la Argentina, es un paso positivo en defensa de ese acuerdo y un
gesto de aliento a la comunidad internacional para lograr el objetivo
de poner en vigencia al Protocolo de Kioto a más tardar durante el
próximo año.